(Presiona dos veces la imagen para verla mejor)
En uno de los textos de este libro, Elizabeth Romero comenta:
Fábrica de imágenes se constituye como una institución de enseñanza y exhibición de la fotografía en Morelia, Michoacán, en el año 2000, a iniciativa de Vicente Guijosa, Anna Soler Cepriá e Isela Mora, proyecto al que se sumará más tarde Elsa Escamilla, todos fotógrafos de amplia experiencia. Sin duda, uno de sus grandes retos habrá sido el de conformar un plan de estudios; frente a la pregunta qué deberíamos enseñar a un sujeto que quiere aprender fotografía, habrán surgido más dudas que certezas, toda vez que este centro de enseñanza surge en el contexto de escasas experiencias educativas de su tipo en el país y además en un período de transición entre la fotografía analógica y la digital. Hubo entonces que elegir un segmento de memoria para transmitir conocimiento, precisamente aquél que se consideró básico, idóneo, útil o importante. De forma incipiente, me he ocupado en otros espacios de sondear el estado actual de la enseñanza de la fotografía en México y puedo afirmar que desde las iniciativas de Carlos Jurado y Nacho López en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana en los años 70 del siglo pasado y hasta la fecha, han surgido intentos en todo el país para insertar a la fotografía en el universo de lo académico y no siempre con felices resultados.
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