En 1928 María Teresa Landa fue la primera Miss México, retratada por Eduardo Melhado. El 25 de agosto del año siguiente asesinó a balazos a su esposo el general Moisés Vidal, porque al leer en el diario Excélsior se enteró que ya estaba casado. En diciembre de 1929 fue retratada por los fotógrafos de nota roja de los periódicos metropolitanos, al estar en la plataforma del Salón del Jurado de la cárcel de Belén. El lente del fotógrafo de La Prensa, especialista en notas de muertos y sangre, la captó mientras recibía la bendición de su madre, doña Débora Ríos de Landa, antes de enfrentarse al terrible fiscal Luis Corona, quien aprovechó la oportunidad para despotricar contra los periodistas.
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