A pesar de que no hay mucha información sobre daguerrotipistas, ambrotipistas y fotógrafos en la capital del estado de Coahuila, en libros o en publicaciones periódicas, el investigador y coleccionista Ariel Gutiérrez Cabello realizó una valiosa investigación en acervos públicos o privados de México y de la zona fronteriza, en expedientes municipales, bautismales, migratorios y, sobre todo, entrevistándose con descendientes sobrevivientes de los artistas del lente que trabajaron en Saltillo. Ariel ofrece biografías de los fotógrafos que trabajaron en la ciudad capital, de 1846 a los año 20 del siglo pasado, además de un panorama sobre la historia de Saltillo (es interesante y breve su recuento de establecimientos). Entre 1840 y 1880 no hay fotògrafos establecidos en Saltillo sino itinerantes, como el norteamericano Joshia Gregg, quien registró en daguerrotipos la guerra entre Estados Unidos y México en 1846 y escenas de Saltillo.
En 1887 aparece el primer compendio fotográficos titulado Álbum de vistas del Ferrocarril internacional Mexicano, de Thomas J. Cockrell, donde aparecen coahuilenses y sitios de la entidad. Adrián Vásquez estableció en 1880 el primer estudio fotográfico en Saltillo.
Le siguieron los hermanos Zertuche. Rubén obtuvo premio de París en 1889. En 1894 trabaja como ayudante del fotógrafo de la penitenciaria. El norteamericano Charles B. Waite, antes de su escándalo de pedofilia en la ciudad de México, estuvo por el norte del país. Dejó una impresionante panorámica de la ciudad de Saltillo quizá de 1900.
Carmen Sosa formó parte de los célebres fotógrafos que estuvieron en Durango, Monterrey y Ciudad de México. Se casó con el fotógrafo Alfonso María Sanchez, quien en 1911 retrató al entonces gobernador y futuro presidente Venustiano Carranza. Falleció en 1926 y su descendencia mantuvo abierta la fotografía hasta el 2005. Sabás Francisco de la Peña Berlanga, quien firmó como S. P. Berlanga, en 1907 abre su estudio. En 1913 es fotógrafo de la penitenciaria estatal y en 1922 ilustra la Monografía de la ciudad de Saltillo, escrita por su tío materno Tomás. Por estos años retrata a dos jóvenes -seguramente prostitutas- desnudas.
Escribidores de luz incluye un tríptico a color desplegable con reproduciones de postales impresas coloreadas del alemán Augusto Gossmann, del español Isidro Fornés Sol y de la empresa E. H. B.
El libro termina con un fotógrafo "de agüita" o semifijo: Rafael Martínez Ramírez, quien trabajó en la Plaza Acuña y en la Alameda Zaragoza.
1 comentario:
Ariel: Podrías comunicarte conmigo a moralinos@hotmail.com...Es sobre Vicente Ortega Colunga, fotógrafo de Saltillo.
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