

Las fotografías de Revista de revistas aparentemente son de denuncia: sobrepoblación (ya apuntado desde el ocaso del porfiato), siniestros personajes, lóbregas celdas y dormitorios promiscuos. Si Jiménez y Ortega pueden sumergirse tranquilamente en el dantesco mundo de la prisión porfiriana y post-revolucionaria, no fue por su afán periodístico sino porque las autoridades necesitaban difundir lo inoperante de la cárcel de Belem. No en balde al año siguiente comenzó a ser demolida.
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